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Luis Verdejo Navarro

(Tijuana, 1967) 

Estudió Literatura en la Universidad Iberoamericana y una Maestría en Artes Visuales en la UNAM. Tomó talleres con el pintor José Barbosa, el Maestro Jorge Chuey y con María João Worm. Actualmente trabaja en el Taller de Tizapán del Escultor Javier del Cueto, junto a María Cabañas y Jimena Granados. Ha realizado exposiciones nacionales e internaciones y ha participado en siete bienales de pintura y escultura. En poesía, ha publicado Poemas de la mano izquierda (2008), Poemas de la musa negra (2016), Remaches (2020), El ojo de Chile (2020) y es parte del volumen colectivo De las últimas cosas (2020). Publicó también El rumor de lo real: Conversaciones con el poeta argentino Hugo Gola (2018) y la recopilación de entrevistas al mismo Hugo Gola: La práctica del riesgo total (2020).

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Viaje inmóvil a Tlatelolco

a) Es verano, la plaza está vacía. No hay sillas hacinadas en Tlatelolco, no hay líquidos fluyendo sobre sillas hacinadas en Tlatelolco, no hay líquidos de gente sentada en sillas hacinadas en Tlatelolco. En su centro no ondea bandera, y si hubiera, sería a media asta.

b) Ahí están a la mano los gérmenes como contaminación e inicio. Acaso eso era demasiado, ¿pedir?, esas horas sin sangre agregadas a las noches, meses a los años, pedir, eso, ¿era demasiado?
En principio, qué les costaba, lejos aún de golpes bajos (nocturnos detractores opacos), con o sin silla de por medio, ni previo azar, se sabe siempre, la destrucción no será limpia: se imprimirían huellas, marcas, mellados fierros en roca construida.
Después, sólido, se cernieron sobre un claro de la ciudad, evanescente empedrado gris ceniza, monumental, volcánico. Y en este dije de piedra impávida, de horas, en apariencia mudas, vibra, aún, debajo del silencio ensordecida la detonación, ensordesiendo a punto del amague y en el acto, en el punto.
Cómo aceptar así las cáscaras, la ciudad, en sedimento, mora desbielada sometida a grandes atracciones y presiones, aún combustionando. No les pondrán a su ganancia posterior ni a su ciega acción medallitas inútiles como a generales gris ceniza tan aplaudidos hoy.
Sin miedo ni dudas donde el ombligo esté, el alimento es uno dentro del pelo enmarañado, en lucha que continúa sin fin aún, en secuencia, del país.

c) Es un envión: la caja roja vacila. Fieras, fierros mellados y piedra volcánica: cómo sonaría al oído ese idioma liso , indiferenciado y súbito, por la violencia del día, texturado, erizo, sin necesidad de máscara, de ajustarsela. Y cómo abandonar la enorme realidad del idiotismo, la jerga de los pedantes.
Sigue la caja roja enviando enviones al centro del poder y del desorden, acumulándose, no es uno sino más de dos. Y el viento, a una hora después del monumento hierático, sobre yuyos pequeños, nopales, tunas al ras, lejos del ruido y color ensordecido de la ciudad, empuja, impulsa como taller, ópera y construye otra atmósfera.

d) Tlatelolco no es una máquina dónde operar ni para operar; aún no es una silla, ni un cerro; no es bandera desplegándose visual-auditiva ondeando. Tlatelolco no es lengua, ni cuerpo (esos líquidos primeros fluyendo) para operarlos. Tlatelolco, en cierta tarde de verano vacío es ideograma.
 

Cartolandia: Parlamento dramático del joven grifo que veía ovnis tijuanenses 

uno

En este desahuciado atardecer / Mama’s boy se quedará tranquilo 
fumando mariguana en el 5to piso / en el balconcito rojo con sus amigos idiotas 
para no aventarse de cabeza desde acá / como si fuera un globo rojo 
que quisiera despegarse del piso. / Mama’s boy será buen hijo / dejará dormir 
a los vecinos a las 2 a.m. después de escuchar todos los discos de Led Zeppelin 
con sus amigos brutos como piedras / hasta que se sientan erizos y necesiten comer /
seguir fumando o dormir. Mama’s boy será buen muchacho / ya no les lanzará piedras a 
los perros ni los hará pelear entre gritos azuzándolos para que se muerdan hasta matarse y 
comerá sin discutir la porquería Rosa que le cocina su hermana / fumando tranquilo /
contemplando atento desde su silla la cantidad maravillosa de luces se reúnen en el 
cielo / cerca de playas de Tijuana / como si los autos se hubieran levantado y recorrieran 
libres las carreteras oscuras allá arriba 

es bonito ser como globo se dice Mama’s boy / después lanza piedras desde el 5to piso 

los niños van de la mano de sus madres a la escuela antes de las 8 a.m. 

 

dos 

a Mama’s boy le cuentan que estuvieron en el desierto de San Luis / vuelto de costado
lleno de cactáceas la falda del Quemado / frente a la planicie interminable que se 
encrespada
de pronto en el fondo como un animal muerto / y arriba de ellos 
había delgadas nubes muy altas que parecían garzas / nunca peces 

habían comido peyote y té de peyote toda la noche / le cuentan y le narran 
otras cosas: que se abrazaron al amanecer a la retina de una cabra 
(azul cerúleo con una rayita negra arriba) / y después 
se abrazaron a cardos / y después los pájaros estáticos les enseñaron 
el arte de volar allá arriba 

ahora sí / (se dice después de escuchar el relato el joven grifo) /
el Cristo Pantocrátor está a punto de salir / con toda la magnificencia de su ejército:
atrás de los edificios ocres de Río Chico asoma un haz de luz terrible / 
pensaríamos que es el sol si fuéramos ateos, escépticos /
o anduviéramos erizos / pero grueso el haz se hace volumen 

la mano con la llaga del Cristo está saliendo: ahora sí, levanta la voz de nuevo / 
usureros del mundo / capitalistas / les llegó la hora 

mientras escribe con pluma azul / el volumen de luz se vuelve 
plano ocre desértico: de San Luis no salió el Cristo Coronado de espinas 
para juzgar a nuestros enemigos 

se salvaron por hoy -se dice enojado / después observa con asombro 
las carreteras celestes y le dice a su madre ausente al oído: 
dulce es disiparse como perro que huye hacia valles calientes 

tres 

aunque siempre está lloviendo ahí / Cartolandia es horno amasado por el sol 

ha salido el “Chino” a ver los tulipanes amarillos en Tepechitlán / 
en Deutschland / en la maleza rala de Cartolandia 

¿alguien lo filmó? 

¿en dónde está todo ese barro amasado que no explota?
¿es Cartolandia esa zona a la que nunca llegaremos?
¿o es una pura tormenta en una luz amarillo-tulipán?

camina el “Chino” haciendo llaves en pleitos invisibles /
para torcer al Rocco, para torcer al Machaca, para torcer al Semáforo 
pasarlos por la cuerda 

alguien barre una calle 
con pericia construyes una casa a la que no se entra   
 

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